Qué es la diabetes
Definición de diabetes
Se conoce como diabetes mellitus a esas enfermedades caracterizadas por niveles de glucosa (azúcar) en sangre elevados.
A la glucosa que circula por la sangre se le llama glucemia. El aumento de glucemia es el resultado de defectos en la secreción de insulina, en su acción o en ambas. La insulina es una hormona que se fabrica en el páncreas y que permite que las células del cuerpo utilicen la glucosa de la sangre como fuente de energía. Por lo tanto, la insulina permite que la glucosa que hay en la sangre pueda entrar dentro de las células.
Cuando existe un fallo en la producción de insulina, en la acción de la misma, o de ambas cosas, se dificulta el transporte de glucosa al interior de las células y esto generará que la glucosa se quede en la sangre, subiendo a niveles por encima de lo normal. Este aumento de glucosa en la sangre se denomina hiperglucemia.
La presencia continua de glucosa alta en la sangre provoca ciertos síntomas que pueden ir apareciendo progresivamente o, incluso veces, de forma bastante rápida (ver apartado manifestaciones de la diabetes). Estos síntomas serán los que nos hagan reconocer que una persona puede tener diabetes. Si esta situación se mantiene durante un largo periodo, la persona puede presentar alteraciones en la función de diversos órganos y secundariamente presentar consecuencias graves, como veremos más adelante.
¿Es común tener diabetes? Prevalencia mundial y en España
La diabetes es una enfermedad muy común. Se estima que en el mundo hay alrededor de 537 millones de personas adultas (20-79 años) con diabetes, es decir, uno de cada diez adultos. Se calcula que hay aproximadamente 240 millones de personas que viven con diabetes sin diagnosticar.
La forma más frecuente de diabetes es la diabetes mellitus tipo 2 (más del 90%). Es un tipo de diabetes casi exclusiva de adultos, aunque actualmente podemos verla cada día más en niños y adolescentes debido a un aumento de la prevalencia de obesidad y sobrepeso.
La diabetes mellitus tipo 1 suele aparecer en niños/as o jóvenes. Prácticamente más del 90% de los niños y adolescentes que tienen diabetes tienen diabetes tipo 1. Actualmente se describe que existen 8.7 millones de personas con diabetes tipo 1 en todo el mundo. Más de 1.2 millones de niños/as y adolescentes de entre 0 y 19 años tienen diabetes tipo 1 en todo el mundo. Cada año se diagnostican 184.100 nuevos casos de diabetes tipo 1 en niños/as y adolescentes. En España se calcula que hay 206.944 personas (adultos y niños/as) con diabetes tipo 1, siendo 17.245 menores de 20 años.
Fuente información: IDF Diabetes Atlas Reports 2021 – 10th edition. www.diabetesatlas.org
Funcionamiento del cuerpo
Para poder comprender los cambios que se producen cuando se tiene diabetes es importante entender cómo funciona el cuerpo de una persona sin diabetes.
Los alimentos están compuestos fundamentalmente por tres componentes: grasas, proteínas e hidratos de carbono. Estos últimos son los que se convierten en glucosa (azúcar) por lo que son los que tendremos muy en cuenta para las personas con diabetes. Existen diferentes tipos de hidratos de carbono: los azúcares simples y los almidones. Los azúcares simples (glucosa, fructosa...) son absorbidos muy rápido por el cuerpo ya que no necesitan degradarse en productos más pequeños, sin embargo, los almidones son largas cadenas de azúcares que necesitan ser descompuestas para ser absorbidas. Diversas sustancias de la saliva, del estómago y del intestino son las encargadas de esta descomposición de los almidones.
Una vez absorbidos los azúcares en el intestino, pasarán a la sangre. Una vez están en la sangre, antes de ir al torrente sanguíneo de todo del cuerpo, pasarán al hígado, dónde buena cantidad de este azúcar se quedará almacenado en forma de un compuesto llamado glucógeno. Este almacén servirá para mantener los valores de glucosa en momentos de ayuno o entre comidas.
El azúcar que no se queda almacenado en el hígado pasará al resto de la sangre y desde ahí se distribuirá a todas las células del cuerpo. Estas células utilizarán la glucosa como fuente de energía para realizar sus funciones.
Existe otro almacén de glucógeno, además del hígado, que se localiza en los músculos. Sin embargo, mientras el glucógeno del hígado puede utilizarse para elevar el nivel de glucosa de la sangre, el almacenado en los músculos sólo puede ser utilizado por ellos mismos al hacer ejercicio.
¿Qué es la insulina y cómo actúa?
Muchas de las diversas funciones que realiza el cuerpo se encuentran controladas por hormonas. La insulina es una hormona que se produce en el páncreas dentro de unas células especiales llamadas células beta, que se encuentran en una parte concreta del páncreas denominada “islotes de Langherhans”. La insulina actúa como una llave que “abre la puerta” de las diferentes células del cuerpo para que la glucosa entre en ellas y así las células tengan energía para poder realizar sus funciones. La mayoría de las células del cuerpo necesitan insulina para que la glucosa entre y sirva de fuente de energía. No obstante, hay algunas células que pueden permitir la entrada de glucosa para obtener energía sin necesidad de insulina, es el caso de: células del cerebro, fibras nerviosas, retina, riñones, glándulas suprarrenales, vasos sanguíneos, mucosa intestinal y glóbulos rojos.
Cuando una persona que no tiene diabetes come, la cantidad de insulina aumenta rápidamente para hacerse cargo de la glucosa proveniente de los alimentos y así ésta se distribuye por las células en vez de quedarse en la sangre. Por lo tanto, las células beta son como un “termómetro” de glucosa, ya que miden la glucosa que hay en la sangre y liberan más o menos insulina en función de los niveles de azúcar.
Además de necesitar insulina después de las comidas, también se necesita una pequeña cantidad de insulina durante los periodos de ayuno y entre comidas para acomodar los niveles de glucosa que provienen del hígado. Como hemos comentado, una gran parte de los hidratos de carbono ingeridos se acumulan en el hígado en forma de glucógeno. En ayunas, los depósitos de glucógeno del hígado se van degradando poco a poco para así mantener los niveles de glucosa constantes. Secundariamente a esto, existe una producción continua (aunque pequeña) de insulina para ayudar a mantener estos niveles dentro de la normalidad.
Resumiendo, podemos decir que las funciones de la insulina son:
- Permitir el paso de glucosa al interior de las células.
- Estimular el almacenamiento de glucosa en el hígado en forma de glucógeno.
Una vez conocemos cuál es el proceso normal de la glucosa e insulina, ¿Qué es lo que sucede en las personas que tienen diabetes? Cuando existe una deficiencia en la producción de insulina o una escasa respuesta a esta, la glucosa es incapaz de entrar en las células acumulándose en la sangre. Este acúmulo de glucosa en la sangre dará lugar a las manifestaciones típicas de la diabetes.
Manifestaciones de la diabetes
- Poliuria u orinar muchas veces. Al estar la glucosa alta en la sangre, ésta pasa a la orina. Para poder eliminarse, necesita disolverse en cantidades muy grandes de agua, por lo que generará grandes cantidades de orina. Esta necesidad de orinar continuamente y de forma abundante se denomina poliuria. En algunos casos es posible que haya escapes de orina durante la noche en niños/as que previamente controlaban bien el esfínter (denominado nictúria).
- Polidipsia. Para compensar la pérdida de agua por la orina, el cuerpo intenta compensarlo aumentando la necesidad de beber agua por lo que se tiene mucha sed. Incluso a veces se necesita beber líquidos varias veces durante la noche.
- Polifagia. Al no poder utilizar la glucosa, las células reclaman energía y tratamos de compensarlo aumentando la cantidad de alimento.
- Pérdida de peso. Aunque se coma más, la glucosa no llega a las células y el niño/a con diabetes pierde peso.
- Fatiga.
- Irritabilidad. Dificultad para concentrarse.
- Visión borrosa. La glucosa tan elevada también se acumula en el líquido que hay dentro del globo ocular, interfiriendo en la correcta visión.
Además de las manifestaciones típicas de la diabetes, ¿Qué más puede ocurrir si en el cuerpo no hay suficiente insulina?
Cuando no existe suficiente insulina y las células no pueden utilizar la glucosa como fuente de energía, se buscan otros elementos como las grasas para poder obtener energía de ellas. Sin embargo, en el proceso de degradación de la grasa se produce un producto llamado cetonas. Cuando hay mucha producción de cetonas estas generan una sensación desagradable como náuseas, dolor abdominal y vómitos. Además, estas cetonas hacen que el pH de tu sangre se vuelva ácido, causando cetoacidosis. Para intentar eliminar las cetonas del cuerpo, se eliminan por la orina (se pueden medir las cetonas urinarias) y por la respiración (produciendo aliento con olor afrutado y una respiración rápida llamada respiración de Kussmaul). Cuando la situación de cetoacidosis se mantiene sin tratamiento, estamos ante una situación de riesgo vital que necesita atención médica inmediata.
¿Qué es el periodo de luna de miel o fase de remisión?
Se trata de un espacio de tiempo, que puede variar desde unas semanas a incluso algunos años, en el que las necesidades de insulina externa disminuyen de manera importante.
Poco después de diagnosticarse la diabetes y de iniciarse el tratamiento con insulina externa el páncreas se recupera levemente y empieza a producir algo de insulina. Por ello la cantidad de insulina que hay que suplementar será cada vez menor. Es importante mantener la insulinoterapia externa, aunque se precisen dosis de insulina muy pequeñas, para ayudar al páncreas y prolongar este periodo lo máximo posible.
Esta fase de remisión no la tienen todos los niños, de hecho es poco frecuente en los menores de tres años.
Sección actualizada por: Carla Petrel | Especialista en Pediatría. Máster en Endocrinología Pediátrica y Diabetes del niño y del adolescente. Hospital Sant Joan de Déu, Barcelona y Asesora Fundación para la Salud Novo Nordisk
Contenidos originales realizados por: Esmeralda Colino | Endocrinólogo pediatra. Madrid
Ilustraciones: Lucrecia Herranz