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Sala de prensa   Fundación para la Diabetes

¿Qué es la diabetes?

Definición

La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica caracterizada por niveles de azúcar (glucosa) en sangre elevados.

A la glucosa que circula por la sangre se le llama glucemia.

El aumento de glucemia es el resultado de defectos en la secreción de insulina, en su acción o en ambas. La insulina es una hormona que fabrica el páncreas y que permite que las células utilicen la glucosa de la sangre como fuente de energía.

Un fallo de la producción de insulina, de la acción de la misma, o de ambas cosas, genera un aumento de los niveles de glucosa en la sangre (hiperglucemia). De no controlarse adecuadamente, a largo plazo, la presencia continua de glucosa alta en la sangre puede provocar alteraciones en la función de diversos órganos, especialmente los ojos, los riñones, los nervios, el corazón y los vasos sanguíneos.

Clasificación

Tipo 1

Se produce una destrucción de las células beta del páncreas, lo que habitualmente da lugar a un déficit absoluto de insulina. Puede ser de origen autoinmune o de causa desconocida (idiopática). Siempre necesita insulina para su tratamiento. Debuta más a menudo en la infancia y juventud.

Tipo 2

Predomina la resistencia a la insulina, mientras que el déficit de insulina se presenta en grado variable. La mayoría de estos pacientes son obesos, dándose en muchos casos el llamado “síndrome X” en el que se asocian diabetes, obesidad, hipertensión e hiperlipemia, enfermedades todas ellas asociadas con el sobrepeso y la resistencia a la insulina. Es más frecuente a partir de los cuarenta años y abarca al 85-90% del total de las personas con diabetes. Inicialmente no necesitan insulina para controlar su enfermedad, aunque en muchos casos, por fracaso secundario a los hipoglucemiantes orales, acaban requiriéndola.

Tipo LADA

En los últimos años se está prestando atención a un tipo de pacientes que, en principio, parecen tener diabetes tipo 2, con un debut tardío pero que, sin embargo, presentan anticuerpos positivos, lo que es característico de la diabetes tipo 1. Estos pacientes diabéticos tipo 2 con anticuerpos positivos es probable que necesiten tratamiento con insulina. A esta diabetes se la denomina diabetes tipo LADA.

Diabetes gestacional

Se define como cualquier grado de intolerancia a la glucosa que se inicia, o que se reconoce por primera vez, durante el embarazo. Aunque en la mayor parte de los casos desaparece tras dar a luz, se considera un factor de riesgo para desarrollar diabetes en el futuro, por lo que debe hacerse un seguimiento de estas mujeres, que deben recibir recomendaciones sobre un estilo de vida adecuado para minimizar el riesgo en el futuro. Se calcula que afecta a alrededor del 5% de las mujeres embarazadas y constituye cerca del 90% de embarazos complicados con diabetes.
 

Hay otros tipos de diabetes mucho menos frecuentes que los anteriores, entre los que podemos citar: defectos genéticos en la función de la célula beta o en la acción de la insulina, enfermedades del páncreas exocrino (pancreatitis, tumores, hemocromatosis,...), endocrinopatías (acromegalia, síndrome de Cushing, glucagonoma, feocromocitoma, hipertiroidismo, somastotinoma, aldosteronoma,...), diabetes inducida por fármacos, infecciones, formas no habituales de diabetes de origen inmune, diabetes asociada con algunos síndromes genéticos (de Down, de Klinefelter, de Turner, de Wolfram,...).

Complicaciones de la diabetes

La diabetes mellitus puede dar complicaciones a corto plazo, producidas por una descompensación aguda de la enfermedad, como el coma hipoglucémico, la cetoacidosis, las situaciones hiperosmolares.

Sin embargo, los mayores problemas derivan de las complicaciones a largo plazo: las complicaciones crónicas. Estas complicaciones se producen, fundamentalmente, por la alteración que produce el exceso de azúcar sobre los vasos sanguíneos de pequeño calibre (microangiopatía) o los de calibre mayor (macroangiopatía).

Los órganos que más se afectan en la diabetes son:

Complicaciones microangiopáticas

Afectan fundamentalmente a la retina, al riñón y al sistema nervioso, de manera característica para la diabetes (aunque en el caso del sistema nervioso, la neuropatía, es de carácter mixto).

Estas alteraciones son las que guardan una mayor relación con el control metabólico, de modo que los pacientes bien controlados tienen muchas menos posibilidades de sufrirlas e, incluso, si se consigue un buen control al principio del desarrollo de estas lesiones, pueden frenarse e incluso revertirse. Esto no es posible si las complicaciones ya están en un estadío avanzado.

Durante los primeros años de evolución de la diabetes es muy improbable que se produzcan estas complicaciones (aunque, en el momento del diagnóstico de los tipo 2 pueden llevar ya varios años de evolución), pero según transcurre el tiempo va aumentando la incidencia. La retinopatía va aumentando a un ritmo de un 3 % anual. Tras 40 años de evolución presentan retinopatía más del 60% de los pacientes. La diabetes es la primera causa de ceguera legal en el mundo occidental. En cuanto a la alteración renal, el riesgo de enfermedad renal en estadío terminal a los 30 años de evolución es de cerca del 20% en los diabéticos tipo 1 y el 10% en los tipo 2. Dentro de la neuropatía hay muchas variantes, pero la incidencia general da cifras similares.

En vista de lo anterior y de que las complicaciones es mejor atajarlas al principio de su evolución, una persona con diabetes debe ser sometida a una serie de exploraciones y análisis para detectarlas precozmente: examen del fondo de ojo, determinación de la microalbuminuria y exploración neurológica.

Complicaciones macroangiopáticas

Estas complicaciones son de causa multifactorial, por lo que es más difícil valorar el impacto de la diabetes propiamente dicha.

Efectivamente, y especialmente en la diabetes tipo 2, es muy frecuente que a la diabetes se unan la hipertensión, la hiperlipemia y el sobrepeso. Todo ello hace que algunas personas sean una “bomba cardiovascular”.

En la diabetes tipo 1 el porcentaje de afectados con cardiopatía isquémica llega al 40-50%, el de enfermedad cerebrovascular al 25-30% y el de enfermedad vascular periférica al 40-50%.

En cuanto a la diabetes tipo 2, las cifras respectivas son del 10-40%, 25-30% y 50-55%, en los menores de 65 años, y de más del 70-75% de cardiopatía isquémica en los mayores de 65 años, no habiendo datos fiables en nuestro país en los otros dos apartados.

Más de la mitad de las amputaciones de miembros en los países desarrollados son como consecuencia de la diabetes.

Aparte de las reseñadas, hay otras complicaciones importantes de etiología mixta como las gastrointestinales, las dermatológicas o las disfunciones sexuales.