Un aumento del 10% en el consumo de productos ultraprocesados eleva hasta un 17% el riesgo de diabetes tipo 2
Actualmente, siguen sin confirmarse las causas precisas de la relación entre los alimentos ultraprocesados y la diabetes tipo 2 aunque se cree que en este vínculo intervienen varios factores, incluida la grasa corporal. Lo que se ha podido averiguar, recientemente, es que a medida que se incrementa en la dieta el 10% de consumo de estos productos, el riesgo de la diabetes tipo 2 se eleva una media del 17%.
Las personas mayores consumidoras de alimentos ultraprocesados (UPF) corren el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, según sugiere un estudio publicado recientemente en ´The Lancet Regional Health – Europe´, que ha sido elaborado por investigadores de la Universidad de Cambridge y el Imperial College de Londres (Reino Unido).
Actualmente, siguen sin confirmarse las causas precisas de la relación entre la UPF y la diabetes tipo 2, aunque se cree que en este vínculo intervienen varios factores, entre ellos el consumo excesivo de estos productos y el aumento de peso. Asimismo, en un estudio anterior, se atribuía al aumento de la grasa corporal la mitad de la asociación, aproximadamente.
“Sabemos que los alimentos ultraprocesados están asociados con un mayor riesgo de ciertas enfermedades como la diabetes tipo 2. Como se esperaba, nuestros hallazgos confirman este vínculo y muestran que el aumento de consumo de UPF incrementa, considerablemente, el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2″, tal como expuso Samuel Dicken, primer autor del estudio de la División de Medicina de la UCL.
Los autores hallaron, en concreto, que cada aumento del 10% de consumo de alimentos ultraprocesados en la dieta de una persona está relacionado con un aumento del 17% en el riesgo de diabetes tipo 2. El grado de procesamiento de los alimentos se evalúa con mayor frecuencia utilizando la clasificación Nova, que divide los alimentos en cuatro grupos: alimentos no procesados o mínimamente procesados (MPF), como huevos, leche y fruta; ingredientes culinarios procesados (PCI), como sal, mantequilla y aceite; alimentos procesados (PF), como pescado enlatado, cerveza y queso; y alimentos ultraprocesados, como platos combinados listos para comer/calentar, bocadillos salados, dulces y postres.