El butirato y el isobutirato podrían actuar como predictores del desarrollo de la diabetes tipo 2
Un equipo de investigación liderado por científicos del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), el Instituto de Investigación del Hospital de Mar y el área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del CIBER (CIBERDEM), ha identificado dos compuestos presentes en la sangre —el butirato y el isobutirato— que podrían actuar como predictores precoces del desarrollo de la diabetes tipo 2 en personas aparentemente sanas. El trabajo, publicado en la revista científica BMC Medicine, se basa en el análisis longitudinal de más de 2.400 participantes del proyecto estatal Di@bet.es a lo largo de siete años.
Estos compuestos son ácidos grasos de cadena corta (SCFA, por sus siglas en inglés) producidos por la fermentación de fibra dietética al intestino. “Este estudio proporciona nuevas evidencias sobre la asociación entre los SCFA y el riesgo de desarrollar la diabetes tipo 2“, explicó Joan Vendrell, coordinador clínico del grupo de investigación del CIBERDEM en el IISPV.
“Curiosamente, niveles elevados de butirato e isobutirato a comienzos del estudio se asociaron con una mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2, incluso después de ajustar por factores de riesgo clásicos como la obesidad, la hipertensión arterial o los antecedentes familiares”, añadió Gemma Llauradó, también investigadora del estudio, adjunta del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de Mar, investigadora de su instituto de investigación.
El estudio también incluyó el análisis de los patrones dietéticos de los participantes mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos. “Se observó que seguir una dieta mediterránea o consumir alimentos ricos en fibra se asocia con niveles más altos de SCFA. Aun así, estos hábitos no demostraron, por sí solos, capacidad predictiva suficiente sobre el desarrollo de la diabetes”, señaló la investigadora Sonia Fernández-Veledo, responsable del grupo de investigación del CIBERDEM en el IISPV.
El equipo de investigación subraya que una dieta rica en fibra continúa siendo fundamental para preservar el equilibrio de la microbiota intestinal, un factor clave en la regulación metabólica y la respuesta inflamatoria. En este sentido, el trabajo apunta que los SCFA podrían actuar como moléculas señalizadores con un papel determinante en estos procesos fisiológicos.
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