Algunos genes "podan" la microbiota intestinal y protegen contra la obesidad y la diabetes
Los investigadores descubrieron que los ratones con ciertos genes producían péptidos que actúan como "jardineros" del microbioma, permitiendo que las bacterias intestinales positivas prosperen y eliminando bacterias indeseables. El proceso genera una protección contra la obesidad y la diabetes, entre otros beneficios.
Un equipo científico del Charles Perkins Centre de la Universidad de Sídney, en Australia, ha publicado un estudio en la revista The EMBO Journal que identifica cómo variantes genéticas influyen en la composición del microbioma intestinal y, a su vez, en el riesgo metabólico.
Los especialistas señalan que ciertos genes determinan la producción de péptidos (pequeñas proteínas) antimicrobianos llamados alfa-defensinas, que actúan en el intestino como selectores ecológicos: favorecen bacterias beneficiosas y limitan otras menos favorables, con efectos sobre la inflamación y el metabolismo de la glucosa.
Relaciones directas
Para establecer asociaciones entre los genes y el microbioma, el grupo realizó un mapeo exhaustivo en ratones y localizó un cromosoma relacionado estrechamente con la producción de insulina. En esos modelos, los animales con mayor expresión de alfa-defensinas presentaron microbiomas más equilibrados y una menor tendencia a desarrollar resistencia a la insulina cuando fueron sometidos a dietas ricas en grasas, algo que apunta a una conexión directa entre variantes genéticas, péptidos y salud metabólica.
Para comprobar la causalidad, los científicos sintetizaron las defensinas y las administraron a ratones que carecían de las variantes protectoras. La suplementación peptídica cambió la composición bacteriana y protegió a ciertos linajes frente al deterioro metabólico inducido por la dieta.
A pesar de esto, en otros genotipos la intervención fue ineficiente o incluso perjudicial, lo que revela que la respuesta depende del contexto genético y microbiano, de acuerdo a una nota de prensa. Los autores describen a las alfa-defensinas como "jardineros moleculares" del intestino: su acción selectiva sobre poblaciones bacterianas podría modular procesos inflamatorios locales y vías relacionadas con la homeostasis de la glucosa.
