Terapia celular innovadora: un año sin insulina para diabéticos tipo 1, ¿el comienzo del fin de las inyecciones?
La escena podría parecer extraída de una novela de ciencia ficción: individuos con diabetes tipo 1, que históricamente han estado atados a la insulina de manera indefinida, dejan atrás las inyecciones tras recibir una infusión de células cultivadas en laboratorio. A fecha del 21 de septiembre de 2025, este panorama comienza a hacerse realidad gracias a los resultados presentados por diversos equipos internacionales en el último año, con la terapia celular Zimislecel liderando esta revolución.
Durante años, la diabetes tipo 1 ha sido considerada una condena crónica: un diagnóstico temprano, controles constantes, múltiples pinchazos diarios y el temor a complicaciones graves. Sin embargo, la medicina regenerativa ha dado un salto inesperado. Un reciente ensayo clínico ha logrado que diez de doce pacientes tratados con esta terapia celular vivan un año completo sin necesidad de insulina exógena. La magnitud del impacto es tal que el sector sanitario ya se pregunta si estamos ante el principio del fin de la insulina diaria para millones de personas.
¿Qué implica la terapia Zimislecel? Ciencia, células y un poco de magia
El núcleo de este avance es la terapia celular Zimislecel, que se basa en el trasplante de islotes pancreáticos derivados de células madre embrionarias humanas. A diferencia de los trasplantes convencionales, que dependen de donantes fallecidos y tienen acceso limitado, Zimislecel utiliza células generadas en laboratorio, lo que asegura una fuente prácticamente inagotable y estandarizada de tejido funcional.
El proceso comienza en el laboratorio, donde las células madre pluripotentes se diferencian hasta convertirse en células beta productoras de insulina. Estas células son infundidas por vía portal hepática, es decir, directamente en el hígado del paciente, donde encuentran su nuevo hogar y comienzan a secretar insulina y glucagón en respuesta a la glucosa. El objetivo es restaurar la producción endógena de insulina, eliminando así la dependencia de las inyecciones diarias.
Resultados: independencia insulínica, control glucémico y calidad de vida
En el ensayo clínico FORWARD-101, con un seguimiento superior a los 12 meses, los resultados han sido calificados como “sorprendentes”, incluso por los más escépticos:
- El 100% de los pacientes tratados mostraron recuperación en la producción propia de insulina (medido por niveles de péptido C).
- De los 12 pacientes involucrados, 10 dejaron de necesitar insulina exógena tras un año.
- Todos los pacientes con respuesta positiva lograron mantener su HbA1c por debajo del 7%, considerado como el estándar internacional para un control óptimo de la glucemia.
- No se reportó ningún caso grave de hipoglucemia desde el día 90 posterior a la infusión, mejorando notablemente tanto la seguridad como el bienestar personal.
- En términos de seguridad, solo se registraron tres casos leves de neutropenia (bajada en defensas), manejados clínicamente sin consecuencias graves.
La vida cotidiana para estos pacientes ha cambiado drásticamente: desaparecen las alarmas nocturnas, el miedo a bajadas inesperadas y la ansiedad por calcular cada gramo de carbohidrato. No solo se trata de salud; implica bienestar, libertad y una renovada perspectiva vital.
