Obesidad infantil, un difícil reto con la comida ultraprocesada como principal enemiga
La obesidad en niños y adolescentes ya supera, y lo hace por primera vez en la historia, al bajo peso como el principal problema de malnutrición mundial. Esta contundente afirmación la refrenda Unicef en un informe reciente que habla de problema "alarmante" y "pandemia mundial".
En España, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición cifra en un 36,1% los niños y niñas de entre seis y nueve años con exceso de peso (20,2% sobrepeso y 15,9% obesidad) y, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa, más del 40% de los niños de entre siete y nueve años presenta sobrepeso y obesidad en nuestro país.
La OCDE alertaba la semana pasada de que más de la mitad (el 54%) de los adultos de los países miembros tiene un problema de exceso de peso. Y muchos de esos hombres y mujeres adultos, ahora obesos, iniciaron esta enfermedad a su edad más temprana. Así, la obesidad infantil tiende a perpetuarse en la edad adulta, aumentando el riesgo de enfermedades como la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.
No hay organismo que no vea en la obesidad infantil un asunto determinante y clave a tratar a corto, medio y largo plazo en la salud pública. En este contexto hay una primera pregunta que hacerse ¿cómo comen los niños en España? y a partir de esta cuestión, dos más: ¿cómo come toda su familia? y ¿cómo se come en los colegios?
Los alimentos ultraprocesados, en el centro del problema
Cristina Azcona es especialista de la Unidad de Endocrinología Pediátrica en la Clínica Universitaria de Navarra y cuenta, en una entrevista con RTVE Noticias, como aumentan más y más las consultas de niños que llegan con unos niveles muy importantes de sobrepeso, algunos de ellos incluso en una situación en la que ya no solo vale reconducir su alimentación y hábitos, sino que precisan farmacología. "Tratamos a niños con obesidad mórbida que tienen hipertensión, resistencia a la insulina. Son casos ya graves", afirma.
Según un estudio de la OCDE, los niños y niñas con obesidad tienen peor rendimiento académico, mayores tasas de absentismo y menor probabilidad de completar sus estudios superiores. Son también más propensos a sufrir bullying y pueden tener problemas de salud mental muy importantes.
Aunque son varios los factores que llevan al desarrollo de la obesidad infantil- genéticos, hormonales, sociales y económicos- hay dos elementos clave en el desarrollo de esta enfermedad: los hábitos alimentarios y la actividad física. Y en el centro de todo, los alimentos ultraprocesados y la comida rápida, uno de los males de las sociedades actuales.
Azcona, que coordina además el grupo de trabajo de obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica, pone de manifiesto que en los casos de obesidad infantil hay que atajar el problema muy rápido porque tratarlo más adelante se complica y puede generar secuelas futuras en la salud cuando se llega a la etapa adolescente y adulta. En algunos casos se requiere la labor multidisciplinar de endocrinos, nutricionistas y psicólogos para reconducir los hábitos del niño, que se acostumbra a alimentos muy sabrosos con poca fibra, altas cantidades de azúcar, almidón refinado, sal, grasas no saludables y aditivos. Bombas alimenticias.
