Celíacos, diabéticos y alérgicos: la otra cara de las comidas navideñas
Las reuniones familiares, las comidas de empresas y con amigos son un clásico de la Navidad. Estas fechas podrían resumirse en eso, en compartir con tus seres queridos, pero cuando se sufre de alergias, intolerancias o enfermedades como la diabetes, estas reuniones pueden complicarse para algunos de ellos, que tienen que sortear productos, contaminación cruzada y hacer un esfuerzo para mantener una dieta adecuada a sus restricciones.
En este sentido, lo primero que hay que diferenciar son las alergias de las intolerancias. La jefa de Alergología del hospital Reina Sofía de Córdoba, Berta Ruiz, explica que la alergia es una reacción del sistema inmunológico que puede ir desde síntomas cutáneos leves hasta una anafilaxia potencialmente mortal, mientras que la intolerancia es un problema digestivo o metabólico, generalmente menos grave y enfocada en problemas estomacales. Una de las claves es que cantidades mínimas pueden desencadenar una reacción alérgica, algo que no ocurre en las intolerancias.
En Navidad se incrementan las posibilidades de sufrir reacciones, afirma la experta, especialmente primeras exposiciones, porque las familias consumen alimentos menos habituales como mariscos, pescados elaborados de forma distinta, frutos secos o frutas exóticas. A esto se suma la mayor cantidad de platos en la mesa y el riesgo de contaminación cruzada, tanto en casa como en restaurantes, donde los aceites y planchas compartidos son un riesgo importante. Ruiz insiste en la importancia de advertir siempre, sobre todo en restaurantes, sobre las alergias.
Además, la especialista recuerda que existen cofactores que pueden agravar una reacción, como la ingesta de alcohol, el ejercicio físico (incluso bailar) o los antiinflamatorios -incluido el paracetamol-, que pueden agravar una situación de alergia.
Ante una reacción inesperada, que se puede presentar durante una cena o reunión familiar y de amigos, Ruiz recomienda identificar los síntomas, seguir el tratamiento si el paciente ya está diagnosticado y, si no lo está, acudir inmediatamente a urgencias. Desaconseja completamente la automedicación preventiva con antialérgicos en casa e insta a acudir al médico una vez superado el episodio de urgencia para determinar exactamente a qué es alérgica la persona afectada y poder tomar las medidas necesarias.
En las familias con personas alérgicas es fundamental extremar las precauciones, adaptar las recetas tradicionales, evitar utensilios compartidos y asegurarse de que el paciente tiene su medicación de emergencia. Además, advierte de que en invierno las comidas no son las únicas que pueden generar problemas de alergia, también pueden aparecer síntomas respiratorios por polvo acumulado en adornos, polen de cupresáceas o mohos en árboles naturales dentro de casa.
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